Tiempo,

talento y tesoro

es el eslogan para la mayordomía en la Iglesia Católica. Cada uno tiene un enfoque distinto, pero combinados nos permiten vivir vidas cristianas equilibradas y completas.

Tiempo

El tiempo es tiempo dado a Dios: en la adoración en la iglesia y en la oración en el hogar. Incluye leer la Biblia y otros libros que mejoran nuestra fe y comprensión de nuestro Dios, su Iglesia y nuestra respuesta a la gracia de Dios. Mientras oraba en el Huerto de Getsemaní, Jesús le preguntó a Pedro; “¿No pudiste hacer guardia una hora conmigo?” Cristo no quería que Pedro y los demás hicieran nada tanto como quería su tiempo y atención.

Talento

El talento es trabajo dado a la Iglesia de Dios. El enfoque aquí no es tanto el tiempo que toma como la acción dada al bienestar de la comunidad. Es ofrecer un sacrificio a Dios. Aunque se usa la palabra talento, muy a menudo lo que hay que hacer requiere poca destreza o habilidad.

Tesoro

El tesoro es nuestro “diezmo”, un porcentaje de nuestros ingresos que se ofrece para ayudar a las necesidades de la Iglesia y su misión. Esto tiende a hacer un poco más sagrados los trabajos seculares que podamos tener. Convertimos nuestro trabajo en el trabajo de vivir y difundir el Evangelio.

Uno

Participar en la Misa todos los domingos y en las fiestas de precepto.

Dos

Ayunar y abstenerse en los días señalados por la Iglesia.

Tres

Confesar los pecados por lo menos una vez al año.

cuatro

Para recibir la Sagrada Comunión durante el tiempo de Pascua.

Cinco

Contribuir al sostenimiento de la Iglesia.

Seis

Observar las leyes de la iglesia concernientes al matrimonio.

Siete

Unirse al espíritu misionero y al apostolado de la Iglesia.